¿Puedo hacer fotografías sólo con lo que obtengo del huerto y bosque comestible que cultivo? ¿Cuáles son los límites de la fotografía si sólo utilizo en la producción de las imágenes las frutas, verduras, árboles y plantas de nuestro olivar?¿Qué tecnologías me permiten hacer este tipo de imágenes? ¿Son fotografías estas imágenes? ¿Qué consecuencias tiene la autogestión de las imágenes, la construcción material de la fotografía, en mi propio cuerpo? ¿Es posible abordar prácticas fotográficas desde la interseccionalidad donde se ponga en el centro el especismo e interespecismo?¿Soy capaz de poner en el centro de mi práctica como fotógrafa la conciencia vegetal y la agencia en un mundo profundamente antropocéntrico?¿Por qué quedaron fuera de la historia de la fotografía hegemónica procesos que ponían en el centro la autogestión y la autoproducción de la imagen frente a las patentes y a los procedimientos industriales dentro de estructuras de producción y distribución capitalistas? ¿Qué sentido tiene para mi producir imágenes? ¿Qué basura y toxicidad genera la producción de mis imágenes?
La Calongina es el nombre del proyecto/experimento de bosque comestible en un olivar familiar que Jaume y yo emprendimos mediante la práctica de la permacultura en un pueblo del Baix Empordà allá por el año 2014. Esta experiencia fue cada vez teniendo más implicaciones en mi propia vida, en la estética de mi propia existencia, y en un camino hacia la frugalidad y la sencillez donde poco a poco iba profundizando mi convicción antiespecista y feminista de relacionarme con el mundo y con la fotografía. En este espacio quiero compartir estos procesos de investigación que atraviesan el trozo de tierra que cultivo (y me cultiva) y sus implicaciones en procesos visuales.